Algunos dirán que si (yo así lo creo), otros dirán que se exagera.
Pues aquí un nuevo ejemplo para ilustrar el debate.
En el empobrecido estado de Kentucky, famoso por su whiskey entre otras cosas, ahora resulta que su gobernador, el demócrata Steven Beshear, está decidido a promover con generosos incentivos fiscales la construcción en su estado de una reproducción del Arca de Noé que sea lo más fiel posible a la original.
La motivación de Beshear no es salvar a las diversas especies animales de su extinción por un inminente diluvio universal, sino reflotar la economía de uno de los estados que la crisis ha inundado de desempleados.
Los encargados de llevar a cabo el proyecto del “Ark Encounter” (“El encuentro con el Arca”), serán los mismos promotores que construyeron también en Kentucky el Museo de la Creación, un controvertido centro que defiende una interpretación literal de la Biblia, e intenta demostrar que la Tierra tiene sólo unos 6.000 años de edad, y que hombres y dinosaurios convivieron en la noche de los tiempos.
Aunque este museo ha generado todo tipo de mofas, en sus tres años de vida ha atraído a más de 1,2 millones de personas, sobre todo familias de religión evangélica, y escolares enrolados en escuelas de esta confesión. Son precisamente estas cifras las que convencieron al gobernador Beshear a proporcionar hasta 37 millones de dólares al proyecto.
Los promotores del “Ark Encounter”, que están vinculados a un grupo religioso, aseguran que su inversión ascenderá a 150 millones de dólares, y estiman que creará 900 puestos de trabajo permanentes, atrayendo sólo en su primer año 1,6 millones de visitantes. Puesto que sólo se encontrará a unos 65 kilómetros del Museo de la Creación, su expectativa es crear un “corredor turístico evangélico” que atraiga a visitantes en estadías de entre dos y tres días.
A mitad de camino entre un belén viviente y un zoo, el “Ark Encounter” contará con actores y con la presencia de varios animales, como jirafas. Eso sí, en aras de la verosimilitud del Arca, serán todos cachorros. “Creemos que Dios probablemente envió animales jóvenes, que aún no hubieran crecido del todo para que hubiera más espacio ... Esta es una oportunidad de presentar información bíblica exacta”, explica Mike Zovath, vice presidente de Answers in Genesis, el grupo religioso detrás del proyecto.
Además del Arca, con una vasta cubierta equivalente a 35 campos de tennis, el museo incluirá una Torre de Babel de unos 35 metros, y un recorrido por los más conspicuos episodios del Antiguo Testamento, como las 10 plagas de Egipto o la apertura del Mar Rojo por Moisés. Y todo ello por el precio de unos 30 euros por adulto, con descuentos para los más pequeños.
Pues aquí un nuevo ejemplo para ilustrar el debate.
En el empobrecido estado de Kentucky, famoso por su whiskey entre otras cosas, ahora resulta que su gobernador, el demócrata Steven Beshear, está decidido a promover con generosos incentivos fiscales la construcción en su estado de una reproducción del Arca de Noé que sea lo más fiel posible a la original.
La motivación de Beshear no es salvar a las diversas especies animales de su extinción por un inminente diluvio universal, sino reflotar la economía de uno de los estados que la crisis ha inundado de desempleados.
Los encargados de llevar a cabo el proyecto del “Ark Encounter” (“El encuentro con el Arca”), serán los mismos promotores que construyeron también en Kentucky el Museo de la Creación, un controvertido centro que defiende una interpretación literal de la Biblia, e intenta demostrar que la Tierra tiene sólo unos 6.000 años de edad, y que hombres y dinosaurios convivieron en la noche de los tiempos.
Aunque este museo ha generado todo tipo de mofas, en sus tres años de vida ha atraído a más de 1,2 millones de personas, sobre todo familias de religión evangélica, y escolares enrolados en escuelas de esta confesión. Son precisamente estas cifras las que convencieron al gobernador Beshear a proporcionar hasta 37 millones de dólares al proyecto.
Los promotores del “Ark Encounter”, que están vinculados a un grupo religioso, aseguran que su inversión ascenderá a 150 millones de dólares, y estiman que creará 900 puestos de trabajo permanentes, atrayendo sólo en su primer año 1,6 millones de visitantes. Puesto que sólo se encontrará a unos 65 kilómetros del Museo de la Creación, su expectativa es crear un “corredor turístico evangélico” que atraiga a visitantes en estadías de entre dos y tres días.
A mitad de camino entre un belén viviente y un zoo, el “Ark Encounter” contará con actores y con la presencia de varios animales, como jirafas. Eso sí, en aras de la verosimilitud del Arca, serán todos cachorros. “Creemos que Dios probablemente envió animales jóvenes, que aún no hubieran crecido del todo para que hubiera más espacio ... Esta es una oportunidad de presentar información bíblica exacta”, explica Mike Zovath, vice presidente de Answers in Genesis, el grupo religioso detrás del proyecto.
Además del Arca, con una vasta cubierta equivalente a 35 campos de tennis, el museo incluirá una Torre de Babel de unos 35 metros, y un recorrido por los más conspicuos episodios del Antiguo Testamento, como las 10 plagas de Egipto o la apertura del Mar Rojo por Moisés. Y todo ello por el precio de unos 30 euros por adulto, con descuentos para los más pequeños.
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